Leyendo a Alfonso Fernández-Manso he sentido que se encuentra a la distancia perfecta del mundo: lejos de los peajes contra los que otros luchamos, lejos de favores debidos y recibidos, lejos de lo que pasa de largo antes de que poder asimilarlo, lejos de las voces que creen saberlo todo y encontrar soluciones fáciles a los problemas más graves, lejos del ruido; cerca de lo que más merece la pena, cerca de lo que desaparece injustamente, cerca de lo que nunca deberíamos perder, cerca de la experiencia y el conocimiento, cerca de la humildad y la precisión a la hora de contar. Viajero, ingeniero, profesor, columnista, periodista ocasional, escritor, inquieto, lúcido… invita al lector en este libro a acompañarle en un recorrido por una provincia invisible que es la suya y es la tuya, que es ésta y que son todas. Alcanzar lo universal desde lo local, proyectar la mirada de un forastero sobre tu propia tierra, con la ilusión de un niño, con la sabiduría de un viejo, ha
sido para muchos un objetivo demasiado ambicioso, una frustración segura. Por eso, leyendo a Alfonso Fernández-Manso, he sentido envidia.
David Rubio
Directro de La Nueva Crónica de León